Planes de contingencia financieros

Nos encontramos en un entorno de tipos de interés extraordinariamente bajos. De hecho, el economista Daniel Lacalle, está convencido de que este periodo no tardará en estudiarse en las facultades de economía como una etapa totalmente «sui generis» en cuanto a política monetaria.

A lo anterior, se une que las entidades financieras están apostando por el tipo fijo más de lo habitual, no solo en préstamos a corto y medio plazo, también en operaciones hipotecarias a largo, llegando incluso a los veinte años.

No obstante, también es cierto que los criterios de concesión de riesgos han cambiado. Contar con un buen balance, una cuenta de resultados aceptable y unos ratios acordes con el sector y que vislumbren que pueden atenderse las cuotas sin tensiones de tesorería, son requisitos de obligado cumplimiento si queramos que la operación llegue a buen término. Por ello, la contabilidad ha dejado de ser un tema baladí en manos del asesor fiscal y el asesoramiento financiero está tomando mayor importancia incluso que el anterior, porque si bien es cierto que hay que vigilar las obligaciones fiscales y que una mala política en este sentido puede resultar fatal, no es menos cierto que la mayoría de empresas que terminan quebrando lo hacen por falta de liquidez y no por una mala gestión de sus obligaciones tributarias.

Resumiendo, nos encontramos con unos criterios más estrictos en la concesión de crédito pero un coste financiero extraordinariamente bajo y estable en el tiempo si optamos por el tipo fijo, por lo que sería más que conveniente anticiparnos a posibles escenarios menos favorables y acometer las inversiones que tuviésemos en nuestro plan estratégico o al menos solicitar la liquidez para las mismas y depositar los fondos en algún producto de inversión seguro para utilizar esa tesorería en el momento necesario. Obviamente que no somos nada partidarios de mantener tesorería ociosa, va en contra de nuestra política de reducción del working capital y de la teoría de optimización de recursos. Pero a veces y teniendo en cuenta las malas experiencias pasadas durante la crisis en que el crédito prácticamente desapareció, es bueno ser más prácticos y contar con un colchón de liquidez que palie en la medida de lo posible una situación de constricción del crédito.

También recomendamos revisar nuestra actual financiación para ver si podemos optar por el cambio a tipo fijo de todo o parte de nuestro pool bancario. Para ello aconsejamos hacer diversos escenarios de tipos de interés y ver cómo variaría tanto la partida de gastos financieros, como el montante de las cuotas, lo que nos puede llevar a que esta acción sea, más que conveniente, crítica, dependiendo de nuestro apalancamiento actual.

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