DESFASE ENTRE COBROS Y PAGOS

Es muy común, sobre todo cuando el tamaño de nuestra empresa es reducido, que tanto clientes como proveedores tengan una mejor posición de negociación de plazos que nosotros produciéndose un desequilibrio entre cobros y pagos. Esto lleva en muchas ocasiones a que se produzcan tensiones de tesorería y se acentúa, paradójicamente, cuando nuestras ventas crecen. El motivo de este incremento en el desequilibrio financiero es que cuando aumentan nuestras ventas, de forma general aumentan nuestras necesidades operativas de fondos (NOF), esto es, la cantidad que tenemos invertida en clientes, existencias y tesorería deducida la financiación espontánea de los proveedores. Cuando nos encontramos en una posición de debilidad como la descrita, el incremento de ventas hace que nuestras NOF crezcan y si no hemos previsto esta situación consiguiendo más financiación, ya sea permanente mediante el incremento de recursos propios o deuda a largo (el famoso fondo de maniobra) o con instrumentos de financiación a corto (póliza de crédito, descuento comercial, etc.) de forma inminente y con unas perspectivas a priori magníficas, podríamos entrar en un escenario de suspensión de pagos.

                Es por ello que al presupuesto anual de ventas debe acompañar de forma inseparable el presupuesto de tesorería y tener claro cómo se comportan nuestras NOF en relación a nuestras ventas, para solicitar la financiación necesaria al banco antes de que se produzca la falta de liquidez, momento en el que la consecución de los límites de crédito necesarios se tornan más complicados.

                De igual forma y de manera especial ante el comienzo de un proyecto empresarial, es más que conveniente calcular qué fondo de maniobra es el óptimo para la compañía, ya que si no contamos en el momento inicial con el capital necesario para financiar tanto las inversiones a largo en inmovilizado como la gran parte del capital de trabajo, podemos vernos abocados al fracaso antes de lo que pensamos y lo peor, quizás con un proyecto económicamente viable pero mal financiado desde el inicio.

                Desde R Consultores nos ponemos a disposición de su compañía para ayudarle a calcular estas magnitudes y que las ilusiones y sacrificios del día a día del negocio no se vean frustradas, porque un buen proyecto empresarial no debería tener problemas de tesorería nunca.

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