8 claves para la supervivencia de la empresa familiar
Aunque depende del ciclo económico en que nos encontremos, cuando preguntamos a los propietarios de empresas familiares por su principal objetivo, en no pocas ocasiones nos comentan que la supervivencia a largo plazo es una respuesta muy común. No es de extrañar si pensamos que sólo el 15% de las empresas familiares supera los 20 años de vida y que la edad media de las pymes en España apenas supera los 12 años. Si es nuestro caso y nuestro plan estratégico es a largo plazo, no estaría mal fijarse en los negocios familiares japoneses donde existen más de 20.000 empresas centenarias y en algún caso excepcional incluso superan los mil años de antigüedad.
¿Cómo lo consiguen? Un estudio del Banco de Corea indicó ocho características comunes de estos negocios. Esto no quiere decir que si nos centramos en ellas nuestra Pyme vaya a perdurar de forma indefinida, habría que tener en cuenta las características de la economía japonesa y sus diferencias con la local, sector, capacidades personales de gestión, etc., pero desde luego que pueden ayudarnos a la hora de tomar decisiones si nuestro objetivo es legar nuestro patrimonio empresarial a futuras generaciones.
- CONFIANZA: Se ha demostrado que la confianza de los empleados, proveedores, clientes, competidores, accionistas y sociedad, genera reciprocidad, por lo que si somos capaces de conseguir este sentimiento en nuestros stakeholder probablemente nuestras relaciones y alianzas se afiancen y ante una situación de dificultad encontremos en ellos el apoyo necesario. Ni que decir tiene que para ello es conveniente la política del juego limpio y aplicar sistemas de negociación win-win.
- EL TAMAÑO NO ES UN FIN: Desgraciadamente vemos como buenas ideas y proyectos terminan muriendo de éxito demasiado pronto y contra todo pronóstico. El crecimiento no controlado suele ser demasiado común entre las pymes españolas que ante un incremento de la demanda de sus productos y servicios no prevén las necesidades financieras y de inversión que el mismo requiere. Por ello, los planes estratégicos, afianzar la posición cada cierto tiempo y tener al consumidor final y la creación de valor para el mismo como principal objetivo suele ser más que una recomendación una necesidad insoslayable.
- AUTOFINANCIACION: Una empresa que no invierte está abocada al fracaso estrepitoso a medio plazo. Esta inversión requiere de financiación y de movilización de recursos monetarios en todo caso y obviamente no siempre se puede abordar la misma con recursos propios. También es conocido y estamos totalmente de acuerdo, que si el retorno de la inversión es superior al coste financiero y además se realiza en el periodo adecuado, el apalancamiento hace que sea una decisión necesaria y certera. Sin embargo no es menos cierto que una adecuada política de nuestro capital circulante, la inmovilización de parte de los recursos generados para financiar nuestra estructura y no recurrir a financiación ajena sólo por los motivos expresados anteriormente, hace que nuestra flexibilidad y dependencia de agentes externos sea menor y que por tanto ante un constricción del crédito o subida de tipos de interés, tengamos la posibilidad de atravesar etapas de dificultad que de otra forma nos llevarían a tensiones de liquidez que en no pocos casos acaban terminando con el cierre del negocio.
- INVERSION EN TALENTO: A medida que los proyectos crecen, las capacidades del fundador e incluso del resto de miembros de la familia se tornan insuficientes para gestionar el crecimiento y desarrollo del negocio. Es por ello que apostar por la valía, la formación y tener la mente abierta a nuevas ideas se hace imprescindible. Muchas veces el empresario tiene recelo a contratar personas que puedan tener una mayor formación o conocimiento del mercado que ellos mismos por miedo a perder su posición. La experiencia demuestra que las empresas que se han rodeado de los mejores terminan por obtener mejores resultados y que no necesariamente esto implica que la compañía pierda su cultura o razón de ser.
- JUGADORES DE NICHO: Debido al tamaño medio de las empresas familiares, tener una gama de productos que llegue a cualquier segmento de mercado suele antojarse más que complicado. Localizar un nicho y ser capaces de aportar valor diferenciándonos de la competencia suele hacer que esta especialización se convierta en una importante barrera de entrada para otros competidores.
- ENTORNO ESTABLE: Aunque está claro que esta variable no es controlable, sí es cierto que la seguridad jurídica es un factor importante para poder desarrollar un negocio con garantías. Por ello, sí puede resultar un factor a tener en cuenta a la hora de plantearnos la internacionalización de nuestro negocio, eligiendo para ellos países que, aunque su etapa de desarrollo sea menor y por tanto nos puedan aportar oportunidades interesantes, sean lo suficientemente estables como para no poner en riesgo todo el proyecto.
- ELECCION DEL SUCESOR: En muchas ocasiones el orden de nacimiento de los hijos no va en consonancia con la capacitación de los mismos para hacerse cargo del negocio familiar. Elegir y formar a la persona adecuada, incluso recurrir a personal ajeno a la familiar para dirigir el día a día de compañía a veces es la mejor decisión para asegurar la supervivencia de la empresa.
- CONTINUIDAD FRENTE A RENTABILIDAD A CORTO PLAZO: En línea con todo lo anterior, en la política y cultura de la empresa prima la continuidad frente a la recogida de dividendos. Esta decisión estratégica va en consonancia con las necesidades de inversión y retención de beneficios que se expresaba anteriormente, la creación de valor para el cliente como principal objetivo de la empresa frente a los meros resultados financieros y en definitiva tener una visión de largo plazo en todas y cada una de las actividades que se realizan en la empresa.
Como hemos comentado, seguir estos pasos no es necesariamente una garantía de que nuestro negocio tenga un crecimiento rentable a largo plazo, pero seguro que podemos sacar algunas conclusiones interesantes a la hora de planificar nuestra estrategia.